Me gusta observar el cielo, sus
cambios, sus detalles dentro de su singularidad, de su belleza… y
es que no hay cosa más bonita que ver una puesta de sol que con su
calor que te ha dado un maravilloso día, se va para volver al día
siguiente, se va dejando un rastro de su hermosura pintando el cielo
de cálidos colores y transmitiéndote la esencia de su arte… se
va, para dejar paso a la noche y poderte dejar deleitar con tus ojos
otra maravilla que te espera en el silencio de la noche… para
sentir su pureza.. su soledad.. la soledad que ha pasado durante
mucho tiempo y con la que feliz se encuentra porque la ama y es que
cada uno por separado es feliz siempre si tiene lo que ama… ella es
feliz así aunque este acompañada de brillantes estrellas todas las
noches… Es ella, la luna a quien con su blancura pacífica ignoras
en noches acompañadas pero a la que buscas en noches de soledad y
siempre encuentras, porque te calma y te relaja en esos momentos
solitarios, en los que piensas cosas… y ella te hace olvidar todo y
te transporta a otro mundo, a otro estado en el que olvidas todas tus
preocupaciones, en donde no necesitas tu cuerpo… donde solo allí
puedes sentir, ver, pasar momentos que solo tu quieres… quien puede
que sea la que te transmite esa magia que muchos dicen ver en ti..
Esas noches son las más… especiales… esas en las que antes de
que la luna te lleve allí, al sueño, no puedes parar de mirar al
cielo, y que mientras con ilusión y ganas no paras de contar las
estrellas sabiendo que nunca terminarás antes de caer en el hechizo
de la luna… piensas en momentos de tu vida, en los que muchas veces
durante ese recuerdo lloras… sin querer, al saber que quedaron en
el pasado y que no podrás volver a pasar… llenándote de una gran
tristeza comprensible… pero que al final sin más remedio llega un
momento en el que entras en calma al consolarte diciéndote que
todavía quedan momentos que más tarde añorarás, pero que también
disfrutarás… porque la vida es así y trae consigo el tiempo que
se lo lleva todo… y no puedes parar… pero él no sabe que esos
momentos que quieres parar, esos recuerdos no se los puede llevar, ya
que quedarán siempre en el recuerdo, en ti, y que cuando uno quiera
podrá recordar o en sus sueños podrá volver a pasar, a sentir
incluso, a llegar a emocionarse… porque los recuerdos, los
especiales permanecerán siempre en tu alma antes y después de la
muerte… haya lo que haya después de la muerte, que no sé lo que
es, en otra vida si la hay, estarán, aunque no los recordemos,
siempre estarán ahí y cuando inconscientemente los necesites
vendrán a ti, a buscarte allí donde nada afecta, donde no necesitas
nada, allí…. en tus sueños… para poder disfrutarlos una vez
más…